Cafe Versalles - San Luis Potosí

Es una lugar muy común pero tranquilo tiene variedad de comida algo caro para lo q es pero esta muy rico el. El servicio es bueno y limpio

La comida es sabrosa, tienen unas deliciosas enchiladas potosinas, el servicio es un tanto lento, para considerarse si estás con poco tiempo, las instalaciones regulares.

Es buen lugar si no eres exigente, se ve limpio y sus precios son accesibles, pero la decoración ya se siente desfasada. El servicio aunque es atento y amable resulto un poco deficiente. Soy un treinton y aún así era el más joven jejejeje y mi michelada me la sirvieron algo saladita.

Este lugar está situado en un andador del centro de la ciudad, es el café más antiguo de la ciudad, conserva ese estilo, y ese ambiente, es muy cómodo, la comida es muy rica, es como regresar al pasado cuando uno esta ahí dentro, el café es muy rico, es la especialidad, la hora de la comida sirven comida corrida muy buena, el ambiente es diferente a pesar de que no hay mucha gente es cómodo, el servicio es muy bueno, sin lugar a dudas es recomendable, los costos no son muy elevados y se puede llegar caminando.

Según letrero de antigüedad incierta, observable desde la acera, el Café Versalles ha tenido una mudanza reciente, abandonando su anterior sede, distante apenas unos locales. Su espacio actual es sencillo, de paredes desnudas y mobiliario añoso pero bien cuidado, conservando el color naranja apagado de su tapicería. Las instalaciones de lavabo son descuidadas.Aunque el sitio es modesto, se observa interés por el servicio en aspectos como el uniforme del personal y la formalidad en la atención a los comensales. Quien me atendió fue amable y paciente al resolver mis dudas sobre las alternativas del Menú, compuesto de platos regionales. Esto debido a que en nuestro país, en materia de gastronomía, un mismo nombre puede designar platillos diferentes entre una zona y otra.Mi elección, el pasado 17 de noviembre, consistió en Sopes y Migada (tortilla de maíz gruesa, dorada, cubierta por queso derretido y cecina), con cerveza obscura. Postre: “Regañadas”, un tipo de hojarasca cubierta de azúcar y canela. Todo con gusto. Sin culpa.