Tapica - Tudela

La comida es buena, pero el servicio es muy lento, incluso habiendo poca gente. Además, presenciamos una discusión entre los camareros y la cocina. Parece que alguien tendrá que venir a poner orden. Dos mesas y aún así el servicio es extremadamente lento.

En la plaza de Tudela por la noche... Menú traducido al francés y un camarero que hace esfuerzos por hablar el idioma... Una ensalada sencilla pero sabrosa y un helado perfecto para terminar una visita a Tudela. Buena relación calidad-precio.

Al llegar pedimos algo de beber y hubo mucha rapidez pero a la hora de pedir de comer empezó la lentitud, una hora de reloj y sin venir nada a la mesa, el camarero q nos atendió estaba a sus cosas por ahí y otro nos vino a decir si necesitábamos algo y le dijimos que habíamos pedido pero no había salido nada, al final pidió en cocina y al volver nos dijo que habian pedido en barra pero se había estraviado y que entonces estaba ya pedido luego nuestro primer camarero si no nos habían sacado nada, total q daban ganas de levantarse e irse , 1 hora de espera para platos combinados, q no habíamos pedido angulas para q fuesen a pescarlas joe

El servicio deplorable,quería algo rápido eleji un plato combinado,casi 45 minutos,de espera,sin tenedor y me pregunta si quiero pan,eran huevos fritos con jamón y pimientos

Desde el primer minuto me sentí incómoda. Para empezar, cuando fuimos a solicitar una mesa nos miró como si le debieramos dinero. Nos sentamos y después es esperar un rato se acercó a tomarnos nota. Ante la pregunta de si ofrecían alternativa niños nos respondió de mala gana que menú o pechugas con patatas. Quisimos pedir un plato de la carta y nos lo negó por no estar en el comedor de carta, por lo que aceptamos dos menús para los adultos y ese plato para la niña. Tardaron en servirnos pero la gota que colmó el vaso fue cuando nos sirvieron los primeros a los adultos y a la niña no la trajeron su comida. Pedí un platito para repartir de nuestros platos con ella de mientras y ni corto ni perezoso me contestó que ella ya iba a tener su plato. ¿Como? Creo que notó mi enfado, porque enseguida vino con el plato vacío y le oimos reclamar la comida de la niña. La comida aceptable sin más, nada a destacar. Otra observación es que me pareció desagradable comer en una mesa con protector rígido y sin un triste mantel