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Bidra med feedbackLa calidad de la comida en este restaurante es excepcional, ¡la atención es inmejorable! Cuando me reservo en este lugar, no puedo irme sin probar las crujientes patatas fritas o los calamares encebollados. Todo está delicioso. Siempre ponen mucha atención en la calidad de los productos, se nota cuando los fines de semana tienen mariscos frescos como camarones, navajas e incluso arroz con bogavante.
La atención en este restaurante es excelente y la comida es deliciosa. Con buen clima, es muy recomendable comer al aire libre. Los precios son razonables y la calidad de la comida está bien. En definitiva, es un lugar que vale la pena visitar. Sin duda, volvería a repetir la experiencia.
Siendo todos valencianos, dejamos que el único gallego del grupo elija dónde cenar en nuestra primera noche en Vigo. No pensó mucho en eso y ahora entiendo por qué. Xebre es uno de esos restaurantes a los que los nativos de uso conservador recurren ya que pueden preguntar sin miedo, sabiendo que todo lo que ofrece la carta va a ser bueno. A los ojos de un extraño es el lugar ideal para probar la gastronomía de la zona sin temor a “turistadas”, con una atención rápida en general y muy cuidadosa por el amable propietario en particular (que nos explicó en detalle y pacientemente todo lo que ignoramos de los diferentes platos y nos ayudó a decidir con recomendaciones honestas y hábiles), unas generosas raciones confirmando la fama de las cantidades en gallego y una materia prima de calidad. En los dos días saboreamos varios platos típicos: “polbo a feira”, almejas, calamares, gallega de empanada, zorza y croca, todo delicioso. La zorza puede ser el menos asequible para el paladar medio debido a su fuerte sabor similar al chorizo, pero el resto, especialmente el “polbo” y los calamares encebollados que no puede dejar de probarlos (repetimos ambos el segundo día). Para destacar también, lo que regresamos al día siguiente, la carta ya extensa y variada de postres artesanales había cambiado y podríamos probar otras recetas sin repetir ninguna del día anterior. Los postres tampoco eran una excepción en términos de calidad y los realizamos bien. Recuerdo especialmente el pastel de queso al limón y los cacahuetes, que eran deliciosos.
No es la primera vez que voy y siempre grande, los muy amables camareros, las raciones más sobrantes y especialmente todo muy rico y cálido. Lo que queda, que siempre es sobrante, lo pone en una tolva y se puede llevar a casa. Como nota simpática, cuando tienes la cuenta, juegas dados para ver si sale gratis.
Se come genial, tiene mucha variedad a buenos precios. La atención es buena, cuando vas a pagar te hacen tirar los dados, si sacas 3 ases, la comida te sale gratis.